Primero que todo me gusta la
gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que
Decirle que haga las cosas, que
sabe lo que hay que hacer y lo hace en menos tiempo del
Esperado. Me gusta la gente con
capacidad para medir las consecuencias de sus actuaciones. La que no deja las
soluciones al azar. Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, que
no pierde de vista que somos humanos y que podemos equivocarnos. Me gusta la
gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos
esfuerzos individuales. Me gusta la gente que sabe la importancia de la
alegría. Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos
serenos y razonados a las decisiones de su jefe. Me gusta la gente de criterio.
La que no traga entero. La que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o
que se equivocó. Y la que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por
no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de
criticarme constructivamente y de frente: a estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y
persistente que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideales se trata. Me
gusta la gente de garra, que entiende los obstáculos como un reto. Me gusta la
gente que trabaja por resultados. Con gente como esta me comprometo a lo que
sea, así no reciba retribución económica alguna. Con haber tenido esa gente a
mi lado, me doy por recompensado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario