LOS ENEMIGOS DEL VERDADERO ADORADOR
Hay situaciones, actitudes o personas que tratarán de
impedir que seamos uno de esos verdaderos adoradores que Dios quiere que
seamos, y para que nos convirtamos en un falso adorador. Debemos aprender a
reconocerlos y sacarlos de nuestra vida.
Algunos impedimentos para adorar a Dios en espíritu y verdad pueden ser:
1. El Pecado. El pecado es el primer obstáculo para la
alabanza. Es una razón de porqué algunos cristianos no alaban a Dios. El pecado
no confesado nos inhibe delante de la presencia de Dios. No nos sentimos libres
ni cómodos en la presencia de Él si somos conscientes de pecado no perdonado en
nuestra vida.
Hay una repuesta muy obvia a este obstáculo: confesar el
pecado a Dios y aceptar sinceramente su perdón y limpieza de manera que pueda ser
restaurada una relación correcta con El y se libere el fluir de la alabanza (1
Juan 1:9).
2. Satanás, quien odia que adoremos a Dios. Es difícil para
nosotros comprender el odio profundo que Satanás siente hacia Dios y cuánto
aborrece escuchar a los cristianos alabándole.
Fue la envidia profundamente arraigada en el corazón de
Satanás hacia Dios lo que provocó su caída. En su arrogancia, se creyó mayor
que Dios. Cada vez que escucha a los creyentes alabando su Nombre, se llena de
gran ira y celos. Por consiguiente, el enemigo procura suprimir y desanimar
toda alabanza dirigida a Dios. Uno de los ministerios que Satanás siempre busca
destruir es el de la adoración (Alabanza, Danza y Música), generalmente
trayendo desánimo, desaliento, rencillas, divisiones, orgullo, etc.
3. La falta de control de la mente . Alguien comparó a la
mente con un árbol lleno de monos saltando de rama en rama, gritándose y
charlando unos con otros. ¿Cómo superar esta mente distraída e inconstante,
cómo hacemos para ir más allá de las imágenes y los pensamientos que
constantemente pasan por nuestra mente precisamente cuando vamos a orar o
adorar a Dios?
El apetito de la mente, al igual que del estómago, se
acostumbra a la dieta que consumimos. Pensar en lo justo, lo puro y lo amable
desarrolla el hambre de recibir más de la bondad de Dios. Pero si ingerimos la
basura que nuestra sociedad llama excelente, desarrollamos un gusto por tales
cosas. El mundo presenta unas ofertas deliciosas a la vista. La TV es un
ejemplo, en la que hay mucha basura. Algunos creyentes creen que está bien ver
programas que violen los valores bíblicos, ya que es "sólo un
entretenimiento". Pero, todo lo que ingiere nuestra mente determina
nuestras ideas y nuestros valores. El dejar que las malas enseñanzas y las
ideas pecaminosas penetren nuestra mente, puede destruir nuestra percepción
bíblica del bien y el mal y nos impiden concentranos en la oración, adoración o
lectura de la Biblia.
El mejor consejo para controlar nuestros pensamientos es el
que nos da el apóstol Pablo en Fil. 4:8: “Por lo demás, hermanos, todo lo que
es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad.”
4. El mal uso del tiempo y las prioridades invertidas. El tiempo es algo que no podremos recuperar.
El tiempo es algo que todos tenemos más, sin embargo no todos sabemos
administrarlo o manejarlo correctamente. La Biblia nos enseña sobre el tiempo y
nos dice “Que hay tiempo para todo”. Esto quiere decir que todo durante el día
tiene un orden y todo lo que hacemos o realizamos se tiene que hacer durante un
lapso de tiempo.
Hoy en día el mal uso del tiempo tiene como principal causa
el abuso de: TV, xbox y video juegos, muchas películas, teléfono, chat,
internet. ¿Cuanto tiempo estamos pasando en estos temas en lugar de usar el
tiempo para las cosas que nos prosperarán material y espiritualmente o para
estar a solas con el Señor?
5. La trampa del orgullo. El orgullo obstaculiza por
completo y hace desaparecer la alabanza y la adoración verdaderas. La altivez
es nuestro mayor impedimento en la adoración. Es sutil y levanta su fea cabeza
cuando menos lo esperamos. Si nos descuidamos, hasta podemos llegar a sentirnos
orgullosos de nuestra humildad.
Si nos sentimos orgullosos de nuestros dones, haremos
exhibición de ellos a fin de impresionar a los demás y revelar nuestro secreto
deseo de ser aplaudidos. Hay algunas iglesias donde la gente hasta adora su
propia adoración a Dios, en lugar de adorar a Dios. Antes de su exilio, Lucifer
dirigía la adoración en el cielo. Era el que más cerca caminaba del trono de
Dios, hasta que se volvió orgulloso y quiso ocupar el lugar de Dios (lea Ez
28:14-15).
6. La voluntad propia. La fea gemela del orgullo es la
voluntad propia. En Isaías 14:12-14 Lucifer manifiesta esa voluntad:
"Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi
trono y en el monte del testimonio me sentaré, sobre las alturas de las nubes
subiré, y seré semejante al Altísimo".
No conjugue ninguno de estos verbos en primera persona,
porque su orgullo y su voluntad propia van a tener por consecuencia una caída.
Y ahora, clave los ojos en el escenario para ver el gran final, la caída:
"Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo", (Is
14:15). Debemos rendir cada día nuestra voluntad bajo la voluntad de nuestro
Dios y Señor.
7. La tradición. Las tradiciones son las cosas que hacemos
porque así las hemos recibido de otros. Los principios enseñados por hombres
que no tienen sus raíces en la Palabra de Dios, son tradiciones de hombres. Una
tradición de hombres enseña a la gente las formas de acercarse a Dios con
religiosidad; formas que tienen la apariencia de ser adoración a Dios en el
ambiente de una iglesia. Pero la adoración inventada por el hombre sólo es un
servicio externo, y con frecuencia el corazón de las personas se halla muy
lejos de Dios.
8. Ofrecer Adoración Falsa. Hay una forma correcta y otra
incorrecta de adorar a Dios. Una vez que hayamos oído la verdad, en realidad
nuestra ignorancia ya no tendrá excusa. La falta del conocimiento espiritual
para "adorar en verdad", no sólo nos aparta de la verdadera
adoración, sino que con facilidad nos puede guiar a una adoración incorrecta
que tiene efectos secundarios dañinos. Ofrecen adoración falsa:
1. Los que ofrecen adoración ignorante (Hech.
17:22-23). a. Ignorante de la verdadera
naturaleza de Dios (Dios es espíritu). b. Ignorante de la adoración que Él
desea.
2. Los que ofrecen adoración vana (Mat. 15:7-9). a. Basada
en tradiciones de los hombres, mientras se ignoran los mandamientos de
Dios. b. Ofrecida sin involucrar nuestro
espíritu.
3. Los que ofrecen adoración almática. a. Impuesta por sí mismo, no dirigida por
Dios. b. Adoran con lo que les agrada, lo que les gusta, lo que piensan que es
bueno, pero…¿Le gusta a Dios?. c.
Prefieren lo que está basado en cómo se oye la alabanza. d. Prefieren lo que está basado en cómo se
siente la adoración.e. Los adoradores que se concentran más en el hombre que en
Dios, que dirigen su adoración más hacia el hombre que hacia Dios. Se llega a
esta conclusión porque su ministración es efectuada para: impresionar al
hombre, impactar al hombre, ser vistos y
admirados por los hombres, entretener a los hombres.
9. La falta de perdón. Jesús proclama que es necesario
perdonar: "Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará
también a vosotros vuestro Padre celestial", (Mt 6:14). Nuestra adoración
se ve obstaculizada cuando nos mantenemos sin perdonar a alguien, tanto si la
ofensa es real, como si es imaginaria. Para entrar en la presencia de Dios el
perdón es imprescindible, no es algo optativo para el verdadero adorador, es un
requisito.
10. Las pasiones juveniles (2 Tim. 2:22). Pasión, en este
verso quiere decir un deseo intenso, esta palabra se usa mayormente para los
deseos pecaminosos o la concupiscencia. Nos dice la palabra de Dios: Huye de
las pasiones Juveniles, nota también que no dice: “Enfréntala” o “Lucha con
ellas”, ¡no!, te dice ¡¡Huye!!Este verbo como huir podría también traducirse
como Rechazar. “Rechaza los deseos pecaminosos de la Juventud.”
Por cuanto la verdadera adoración es espiritual, ésta no
tiene ninguna amistad con los deseos carnales. Las pasiones juveniles son
enemigas de la verdadera adoración. Gálatas 5:24 dice que “los que son de
Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”
¿Es su deseo ofrecer a Dios una adoración verdadera? Si lo
es, dé estos importantes pasos:
1. Confiese todo pecado oculto o hábito pecaminoso en su
vida y tome la decisión de dejarlos.
2. Aprenda a discernir las obras de las tinieblas y
repréndalas.
3. Llene su mente de la Palabra de Dios y rechace todo
pensamiento que venga a su mente cuando esté en la presencia de Dios.
4. Ordene su tiempo diario elaborando una agenda. Dele
prioridad a Dios en su vida.
5. Pida la presencia de Dios para que lo haga más receptivo
ante los cambios que Él quiere hacer en usted.
6. Humíllese ante Dios.
7. Deseche las tradiciones de hombres.
8. Arrepiéntase de su actitud de no perdonar y tome la
decisión de perdonar siempre a los demás, aunque ellos no se arrepientan ni le
pidan perdón.
9. Pídale a Dios que le de fuerza para no dejarse arrastrar
por las pasiones juveniles
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